La palabra “hype” es uno de esos anglicismos que se nos ha colado en nuestra lengua sin que hayamos podido ni querido detenerlo. Hay un interesante estudio de la Fundeu (vincular a la palabra a https://www.fundeu.es/noticia/tiene-alternativa-en-espanol-el-anglicismo-hype/ ) que asegura que la traducción correcta podría ser “sobreexcitación”.

Cuando éramos pequeños, sin conocer la palabra, ya fuera en inglés o en castellano, teníamos clara en qué consistía esa sensación. Hoy nos es sencillo recordar los momentos previos a abrir los regalos navideños, o cuando teníamos claro que nuestro cumpleaños era inminente y no sabíamos qué nos iba a deparar. Pero también nos educamos en la virtud de esperar, en la paciencia de quienes, moneda a moneda, ahorrábamos nuestras pagas para, tras varias semanas, irnos a comprar el tebeo con el que llevábamos soñando un buen puñado de noches.


Cuando hablamos de juegos de mesa y de su mercado y lo enfocamos desde la actualidad tendemos a buscar lo peyorativo al ver en qué se está convirtiendo. Sucede que cada vez salen más títulos que se ponen a la venta y tendemos a pensar que lo naturalidad es saltar de uno en uno y ser un Don Juan de los tableros. No voy a aburriros con este debate, mil veces expuesto, porque cada uno tenemos nuestra postura. Pero lo que vengo a sacar a relucir en este texto es que cuando nos gusta algo tanto como nos gustan los juegos de mesa, siendo una afición que gira en torno a un objeto palpable, lo normal es que busquemos repetir las sensaciones de las que hablaba antes, y esto es genial.
Las promesas de futuro son un material sobre el que sustentar un día a día que habitualmente no tenemos la oportunidad de explotar. De lunes a viernes buscamos, hablamos, leemos y vivimos los juegos. Los fines de semana los jugamos. Algunos con suerte, entre semana, también. Y muchos de nosotros vivimos como una experiencia igualmente excitante el recorrido que ese juego hace en nuestras cabezas, desde que sabemos que va a salir, conocemos detalles del juego, vemos las primeras fotografías, leemos el reglamento, se anuncia la fecha de venta y leemos o vemos reseñas del mismo. Jugar, a veces, es secundario, y no importa que así sea si el aficionado disfruta de todo este camino. Para muchos, ese “hype” es parte irrenunciable de la afición y posiblemente haga que lo vivan con más “sobreexcitación”.

Pero ante la descripción anterior, la palabra se queda corta. Porque no encuentro que aúne todas las cosas que anteriormente he comentado dado que “sobreexcitación” se formula de forma muy sencilla, pero no concuerda con las formas en las que conjugamos “hype”. Me hace gracia que la usemos como “hypeado”, “hypeante”, “hypeo” y un montón de variables que tratan de acoplarse a qué queremos decir. Todo es una sensación en sí misma, que camina como el lagarto ese que corre tan rápido sobre el agua que no se llega a hundir.
Y hay que defender que haya aficionados que quieran buscar esa línea. Dentro de la comprensible decepción de mucha gente con la deriva del que comentábamos antes, simplemente tendríamos que contemplar que, aunque no nos guste hacia dónde pueda el mercado –ya sea por principios o porque tenemos ideas concretas– hay quien se monta en la cresta de la ola y se deja llevar con total satisfacción. Y a mí me ha dado siempre la sensación de que estos aficionados disfrutan más y quizá mejor de muchos aspectos de la afición, que pueden aprovechar hasta la última cosa que les ofrece todo lo que está sucediendo en el mercado de juegos de mesa, que por si no nos hemos dado cuenta, es muchísimo y nunca ha sido tanto.

Esta afición tiende a imbuirte hasta las trancas como quieras meterte un poco en ella y el gran Stevenson decía que es más bello el viaje que la meta. Esto representa para muchos ‘El Rincon Legacy’, el camino del hype. Ahí entramos cada uno de nosotros, sobre cómo recorremos ese camino. Ellos lo recorren a su manera, lleno de espigones, representando la más pura y directa acepción de “sobreexcitación”.
Y a los que somos, como soy yo, más sosegados, que nos gusta mirar dos veces y que rememoramos tiempos en los que podíamos jugar a un juego más de las veces que se cuentan con los dedos de una mano, el ‘Rincon Legacy’ es como echar una canita al aire, dejarnos llevar por esa “sobreexcitación” y zambullirnos en una locura que se nos escapa por no entenderla pero que nos hace sentir cómodos todo el tiempo.
La ventaja de todo esto es siempre la misma: haz lo que quieras. Puede que tu forma de vivir los juegos de mesa sea una que conlleva estar al tanto de la novedad, vivir cada día pegado a qué va a salir, disfrutar de los minutos en los que el kickstarter en el que estás desbloquea un nuevo logro o te envían una nueva actualización, hablar de los juegos que están por llegar y jugar con fervor a la novedad sin pretensión de atarse a ella en ningún sentido, ni temporal ni material, pensando que cada juego puede ser mejor que el anterior y que entran directos a tu “top anual” como Fernandisco anunciaba cada día a los 40 Principales.

Se podrían dar muchos matices, pero si tu forma de disfrutar los juegos de mesa se fundamenta en esto, no temas, no eres mejor ni peor que ningún otro aficionado, ni del que lleva 100 partidas al Agrícola ni del que dedica su tiempo a leer reglamentos de wargames. Disfruta, que es lo que cuenta.
Tan solo recuerda tomar aliento de vez en cuando.
Autor: Luis Fley. (Septiembre, 2019)
No se puede estrenar mejor el blog que con este articulo. No llevo mucho en el mundo de los juegos de mesa pero, cuando empece hará unos dos/tres años, un amigo (gracias Lucks) me recomendo un «canal» de youtube llamado ElRinconLegacy y se convirtió en uno de mis referentes, supongo que por eso me trasmitieron esta manera de vivir esta afición la cual comparto y me encanta.
Gracias por mantener mi «Hype» vivo semana a semana durante estos años!!
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Hola Naskun, puede que ya no te acuerdes de este comentario que dejaste. Quería agradecer el tiempo que has tomado en responder. Y también, muchas gracias por tu apoyo. Nos esforzamos mucho por mejorar. Un abrazo.
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